Este yacimiento es una necrópolis ibérica, donde se realizó uno de los hallazgos más espectaculares de la Arqueología Protohistórica del siglo XX, la tumba de la Dama. Este ha tenido diversas denominaciones desde su descubrimiento en los años sesenta del siglo XX: Cerro Mundi y necrópolis de Baza. Y pertenece a un área arqueológica mucho mayor, en la que se sitúan Basti (Cerro Cepero), una ciudad iberorromana, y Cerro Largo, otra necrópolis ibérica de gran envergadura y conocida desde muy antiguo.
En las excavaciones de 1968-71 se exhumaron un total de 179 tumbas, con una cronología muy amplia, desde el Bronce Final al siglo II a.C. Ese conjunto de tumbas siguen el ritual de incineración y depósito de las cenizas en una urna cerámica, o en casos más excepcionales dentro de una estatua de piedra. Las tumbas varían desde simples fosas a cámaras hipogeas excavadas en el subsuelo. El yacimiento no fue abandonado tras este uso, puesto que se construyó un monumento funerario romano de sillería, de tipo turriforme, del que solo subsisten los restos de su cimentación. La construcción del edificio se data en el siglo I d.C., a partir de paralelos constructivos y decorativos, y supuso la creación de un pequeño cementerio romano de inhumación en sus alrededores, que se puede datar, a partir de las cerámicas recuperadas, entre el los siglos II y V d.C. Y cerrando el uso del lugar, existe una última fase de silos de almacenamiento, datable en el siglo VII-VIII.
En la última década vienen desarrollándose una serie de trabajos arqueológicos a cargo del CEAB, que están suponiendo una reinterpretación general del panorama funerario de esta interesante necrópolis.